Hay de cínicos a cínicos

Cínicos. Bueno uno más: los que dicen no estar en la política por puestos públicos y toda su vida han estado en puestos públicos.

"CÍNICO" ES UNA PALABRA que en el transcurso de su vida cambió de significado. Ahora cínicos se les llama a quienes dicen "su" verdad de lo que son, lo que hacen y lo que quieren, aún que todo ello sea contrario al bien social. Por ejemplo recordamos al político aquel que dijo que él sí iba a robar "pero poquito". Aquel que dijo que quería llegar al puesto público para hacerse rico. Otro que dijo "no me des, ponme donde hay". Y otro ejemplo más: "ella sí me mantiene y qué". Cínicos. Bueno uno más: los que dicen no estar en la política por puestos públicos y toda su vida han estado en puestos públicos.

NOBLE ES LA PALABRA en su origen, allá en los pueblos helénicos, entre ellos Atenas. Los cínicos era un grupo de filósofos que su vida misma era muestra de lo que pensaban y quedó en la historia de la filosofía como un modo de vivir sin anhelos de riqueza, ni propiedades, fama, éxito, vanidad, envidia ni arrogancia. Simples y sencillos, austeros en el extremo. Ello sí, los verdaderamente cínicos, desprovistos de bienes terrenales, ante todo: filósofos.

TODO CAMBIA; esa es la constante en la vida. Ejemplo: Hoy perdí una buena foto. Me asomé al oriente. El sol apenas despuntaba y unas nubes aborregadas se llenaron de naranjas en sus bordes. Un pájaro zanate vigilaba atento desde la rama de un árbol. Mi teléfono no tenía carga. Y lo conecté para que agarrara un poco de energía. Mientras, preparé un sublime café. Cuando salí a maravillarme de nuevo con la imagen, el pájaro ya no estaba y las nubes habían cambiado, ya ni aborregadas ni con naranja. Y el sol ya estaba deslumbrante, enceguecedor. Mi ojo dijo: esa ya no, era la anterior imagen. En efecto todo cambia. Así que no te preocupes. Ni lo bueno ni lo malo es para siempre.

SE HABLA MUCHO DE DIÓGENES (Sinope, Turquía, 412 a.C- Corinto, Grecia, 323 a.C). Y de él se cuentan muchas anécdotas. Le decían "El perro", y le gustaba. Dicen que adrede levantaba la pierna cuando orinaba en los árboles. Y cuando en una fiesta sus amigos le  ponían junto a él los huesos de pollo (como al perro), él, al rato cuando iba a orinar, lo hacía dirigiendo el chorro a ellos, que riendo se levantaban. O al menos simulaba que los iba a orinar. "Pídeme lo que quieras", le dijo una vez Alejandro Magno. "Que te quites para que me siga dando el sol", le respondió Diógenes. Y se dice que vivía en un tonel, y que caminaba por las calles de Atenas con una lámpara encendida de día. "Por qué", le peguntaban con el fin de escucharlo hablar. "Ando buscando ciudadanos honrados en la ciudad", decía. Pero Diógenes tuvo su maestro. Y este se llamaba Antístenes.

ANTÍSTENES ERA CONOCIDO como "El Perro mayor". Era meteco, es decir de los que no nacieron en Atenas y vivían allí, algo así como extranjeros radicados. De joven le gustaba la filosofía, pero la encontraba demasiado retórica, teórica y no tratando de asuntos del diario vivir. Como si los filósofos anduvieran divagando en razones de la luna, las estrellas, el universo todo, y no en lo cotidiano. Fue alumno de Sócrates y de Platón, pero se alejó de ellos fundando su propia escuela, con el nombre en español que significaría "Los perros ágiles", de allí vendría el significado de cínicos (similar al perro). Porque predicaba la austeridad, los alumnos de esa escuela provenían de las clases populares. De él es esta frase: "Quien conoce el nombre, conoce la cosa".

DIÓGENES ANDABA BUSCANDO maestro, quería vivir con simpleza y no encontraba modelos. Y fue precisamente al conocer a Antístenes que lo encontró. Se dice que lo empezó a seguir sin despegársele. Y Antístenes fastidiado en algún momento empezó a golpearlo para que se alejara. Y también se dice que Diógenes más se acercaba y le decía: "entre más me pegues, más seré tu seguidor". Entonces Antístenes dejó de tirarle de baculazos y lo aceptó como su seguidor, diríamos ahora fan.

LOS DISTINTOS MODOS DE HACER Filosofía no se quedan solo en la letra muerta de la historia de ella. La filosofía se sigue haciendo a diario. Donde hay quienes viven como piensan (congruencia), donde se discute entre quienes saben con sus iguales o con los necios, cuando se reflexiona sobre la existencia, el destino, lo que hay después de la muerte. Aún los necios que discuten sin tener razón, y creen que todos los demás están equivocados, como si tuvieran al Dios de la verdad agarrado por los pelos. Si alguien está contigo y esta callado, pensando. Y de pronto dice: "La vida no tiene sentido". O dice que "sí tiene sentido". Es filosofía. Si utiliza refranes para explicar o aconsejar, está utilizando filosofía. De pronto alguien te consuela en tu mala racha y te dice: "no hay mal que por bien no venga". "Camarón que se duerme se lo lleva la corriente", "a caballo regalado no se le mira el diente". "Nadie sabe lo que gana cuando una mujer (u hombre) lo abandona". Todo ello es filosofía. Claro, hay quienes se dedican a ello. Hasta el borrachito del chiste que ante el ataúd grita llorando que "¡No somos nada!". O el cura en el Día de ceniza: "Polvo eres y en polvo te has de convertir".

APARTE DE DIÓGENES de Sinope, más conocido con el apodo de "El perro" y Antístenes, su mentor, otros de los cínicos conocidos fueron: Crates, Metocles, Hiparquia, Demonax. Y si uno se asoma alrededor, los encuentra: son quienes viven con simpleza, que no piden dinero, que les basta con lo poco, porque no desean mucho, no piden pan y les dan. Claro hay quienes se asumen como tales, aunque el concepto que les corresponde es el de cínicos en el uso conceptual actual. A estos les llamaríamos vividores.

CRATES, POR EJEMPLO, fue hijo de Ascondas, hombre de los más ricos de Tebas. Sin embargo, luego de conocer a Diógenes, repartió sus bienes y vivió su vida en la pobreza. Cuando lo llamaron para recibir la herencia que le correspondía, primero la rechazó, luego la entregó a los tebanos con el grito: "Crates libera a Crates". Es un ejemplo de los verdaderos cínicos.

"... EL CÍNICO VERDADERO no será nunca esclavo de sus necesidades físicas y emotivas, no sentirá nunca temor ante el hambre, el frío, la soledad, y no tendrá urgencia de sexo, necesidad de dinero, poder o de gloria. Si os parece un loco, es solo porque ha elegido un modelo de vida totalmente opuesto al adoptado por la mayoría... el cínico ejerce una crítica destructiva en el terreno de los valores tradicionales. Es un extremista del pensamiento socrático: reduce el ser a pura convivencia con uno mismo y rechaza el "aparecer" como un insoportable añadido". Luciano De Crescenzo. Historia de la Filosofía Griega.