El sistema político

Como aproximación a lo que es sistema político

Como aproximación a lo que es sistema político, para tratar de entenderlo mejor, vale separar artificialmente los dos términos y ver la definición que proporciona de sistema el Diccionario de la Real Academia: “Conjunto de cosas que relacionadas entre sí ordenadamente contribuyen a determinado objeto” y por político, lo público relacionado con la toma de decisiones políticas.

Ambos términos conjugados dan la idea de que los elementos organizados en el espacio público, requieren de decisiones orientadas a la consecución del fin propuesto. 

La elaboración de una teoría del sistema político como tal, surge con la publicación en 1953 del libro “El sistema político” de Easton, donde refiere que “Un sistema político es un conjunto de interacciones políticas. Lo que distingue las interacciones políticas del resto de interacciones sociales es que se orientan hacia la asignación autoritaria de valores a una sociedad”, entendiéndose como asignación autoritaria, la obligación que tienen y sienten las personas de acatar determinadas decisiones por razones de interés, coerción, lealtad, legalidad o legitimidad.

Todo ello ocurre dentro del Estado constituido por la población, el territorio y el gobierno; el cual es una creación de la sociedad para la paz, la convivencia, el respeto de otras sociedades y la formación de sinergias con la finalidad de lograr los propósitos de esta.

Mediante el sistema político las demandas generadas por la sociedad son captadas por los agentes del gobiernos o por organizaciones intermediarias entre el Estado y estas, las que a su vez las transmiten y litigan en las diferentes instancias del gobierno, donde se toman las decisiones para resolver o desechar las demandas que está en permanente repetición, porque siempre surgen nuevas demandas que recorrerán los circuitos establecidos para tales efectos y en el caso de las no resueltas pueden convertirse en problemas graves por acumulación hasta llegar incluso a estallidos sociales o verdaderas revoluciones, de las que da cuenta la historia; en cuyo caso el sistema político se torna disfuncional.

El hábitad del sistema político es el Estado y el gobierno.

El Estado de acuerdo a su estructura y tipología generalizada, tiene dos formas: el Estado Unitario y el Estado Federal. El Estado Unitario está caracterizado por la centralización institucional del poder, formado la más de veces por departamentos o provincias, en el que sus funciones son determinadas desde el centro, y el Estado Federal, constituido por la existencia de unidades políticas denominadas estados con un alto grado de autonomía.

 Al respecto, traigo a colación un par de ejemplos: México, que en teoría es un Estado Federal y sin embargo, las entidades federativas que lo conforman tienen muy poca autonomía, por lo que en la realidad su comportamiento es más de Estado Unitario, y España, que siendo teóricamente Estado Unitario, sus comunidades autónomas (así se llaman sus divisiones políticas) tienen asignadas muchas competencias; de tal manera, que en la práctica funciona como un Estado Federal.

Por su parte, el gobierno por su forma se desdobla esencialmente en presidencial y parlamentario, si bien algunos agregan el semipresidencial. En el presidencial el titular del Poder Ejecutivo por sus atribuciones tiene preponderancia sobre los poderes Legislativo y Judicial; es electo de manera directa o indirecta a través de un colegio constituido por grandes electores como es el caso de Estado Unidos de Norteamérica; nombra a sus secretarios o ministros sin la intervención de ninguno de los otros poderes, salvo en algunos casos para ratificación, y el parlamentario, donde el presidente es electo por el Poder Legislativo, que cuando pierde el apoyo de éste, se ve obligado a dimitir.

Por otro lado, el sistema político al operar en las entrañas del Estado y del Gobierno, está presente tanto en los sistemas democráticos, como en los autoritarios y totalitarios. Algunos elementos de los sistemas democráticos son la existencia del sufragio universal; las elecciones periódicas; la libertad de prensa y de expresión; la libertad de reunión y asociación. De los sistemas autoritarios, algunos de sus elementos son la presencia testimonial de partidos; la realización de elecciones simuladas; la restricción de libertades y la existencia de un partido hegemónico, y de los sistemas totalitarios, la actuación en la vida partidista de un partido único; el uso abierto de la fuerza para reprimir protestas; la presencia de una ideología impuesta, etc.

Así, existen los sistemas políticos democrático, autoritario o totalitario, si bien hay quienes lo extienden a la forma de gobierno presidencial y parlamentaria, como sistema político.