La presidenta Claudia Sheinbaum, en su primer año de gobierno, mostró plan y estrategias para sortear coyunturas, suceso raro en Palacio Nacional. Es cambio significativo: no reacciona coyunturalmente a la agenda, sino que actúa con plan -de mediano y largo plazo- que conecta estrategias. ¿Cómo lo hace? Con trabajo colaborativo y medición de metas, lo que implica un cambio de estilo frente a su antecesor. La afinidad política con AMLO está presente de otra manera: el proyecto de nación 4T que sintetiza luchas históricas de la izquierda social en México, con un declarado rumbo de justicia social que incluye combate a la pobreza y abatir la desigualdad.       

La agenda gubernamental que ocupó a Sheinbaum en su primer año tuvo tema incómodo pero central: la relación bilateral México-Estados Unidos, justo cuando el presidente Donald Trump redefine -con arbitrariedad- nuevas reglas geopolíticas. ¿Qué hace Trump en su segundo mandato? En zigzag impredecible, muestra particular énfasis por 1) cambiar el modelo mundial de comercio -que ya no es tan libre, dada la agresiva política de aranceles-; 2) limitar libertades democráticas que, sin embargo, en Estados Unidos garantiza la primera enmienda constitucional (y que ha tenido un ataque en toda regla por parte de Trump y su gabinete); 3) combatir ferozmente al crimen organizado, pero para controlar las rutas de tráfico no contra el consumo; 4) autoproclamarse juez de conflictos bélicos de repercusión internacional (Rusia-Ucrania, Israel-Palestina).

Ante la agenda Trump que cimbra al planeta, la presidenta Sheinbaum asume con inteligencia y temple labores de contención, diálogo y coordinación. No hay mejores cartas para sortear la tormenta Trump que impacta al mundo y, consecuencia inevitable, también al segundo piso 4T que quiere construir Sheinbaum.

En resumen: el margen de acción que tiene la presidenta Sheinbaum se define con base en la relación bilateral México-Estados Unidos. De las negociaciones en plano de igualdad y colaboración en temas torales, sin intervencionismo ni ruptura, depende la capacidad de Sheinbaum para desarrollar con éxito la agenda del segundo piso 4T. Las 49 llamadas telefónicas Sheinbaum/Trump 2025, indican relación política fluida. Dato: es la mayor interacción comunicativa de Trump con otro mandatario.           

En el plano interno: ¿qué acciones marcaron el primer año de gobierno Sheinbaum? Por la ingeniería institucional implicada y su peso a futuro, ubiquemos: 1) reestructuración del poder judicial y 2) ajustes en la relación entre poderes de la república. Hubo, con debate ríspido por las formas, elección de nuevos ministros, magistrados y jueces. Sheinbaum optó por mirar el bosque (la reforma judicial implementada) y no los árboles (fallas en el procedimiento de la elección). Lo que falta: ver cómo se comporta el personal electo para impartir justicia. Ya hubo algunas renuncias (preocupante) y polémica por 105 asesores del ministro presidente de la Suprema Corte, Hugo Aguilar, que los redujo a 60 (demasiados, todavía). Sheinbaum -sin obstruir el funcionamiento autónomo- debe estar atenta. La disminución de 15 mil millones de pesos al presupuesto del poder judicial es signo alentador de un cambio de paradigma.

En el Congreso, hasta 2027 Sheinbaum tendrá mayoría calificada -por lo menos en lo formal-, lo que permite gestión sin sobresaltos de las reformas propuestas, aunque con negociaciones internas. La reforma electoral y la ley de amparo cuentan en la agenda 2026. De todos modos, la alianza de fuerzas políticas depende de la influencia en la agenda y de posiciones de poder. Los aliados, Partido del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista (PVEM) quieren porciones más grandes del pastel. No será fácil mantener la cohesión y la unidad. Además, crecen jaloneos y escándalos al interior de Morena y representan desgaste adicional para Sheinbaum. Afrontar la corrupción tope donde tope es la premisa, pero también se busca el control de daños: manzanas podridas, y nada más. ¿Ese equilibrio es posible?

En cuanto a imagen pública, hay que preguntarse por la diferencia entre la aprobación a la gestión de Sheinbaum (80%) y la aceptación como partido que tiene MORENA (45 al 54%). En 2027, esta diferencia puede pasar factura política a la mayoría calificada.    

LO QUE HAY Y LO QUE FALTA

¿Resultados y pendientes del primer año Sheinbaum? Curiosamente hay avances y pendientes en seguridad. Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, tiene la confianza de Sheinbaum y de sus pares de Estados Unidos. Mientras que ´una de cal y otra de arena´ es el funcionamiento de la Fiscalía General de la República (FGR). ¿Qué decir de fiscalías estatales y ministerios públicos en tiempo 4T? En la otra mitad de la naranja judicial, no hay ajustes estructurales a la vista. Lo mismo pasa con la reforma fiscal, que la clase empresarial no quiere pero que el país necesita, vistos los apretados recursos presupuestales 2026.            

¿Podrá la 4T propiciar avances en el terreno cultural? Es reto constante para Sheinbaum y colaboradores, por emboscadas mediáticas y una oposición atrincherada en la narrativa catastrofista. En ese contexto, no será fácil sembrar nuevos comportamientos sociales. Razón de más para mantener la mañanera del pueblo y la cercanía territorial en giras de trabajo.

La presidenta Claudia Sheinbaum tiene plan y estrategias. Es la mejor forma de enfrentar coyunturas que exigen prudencia institucional y resultados.