TRASTORNO DE ACUMULACIÓN COMPULSIVA

El trastorno de acumulación compulsiva se caracteriza por la dificultad permanente de descartar o desapegarse de posesiones

El trastorno de acumulación compulsiva se caracteriza por la dificultad permanente de descartar o desapegarse de posesiones, independientemente de su valor real. Como resultado hay una acumulación de posesiones que congestionan y desordenan los espacios donde uno vive hasta tal punto que el propósito de estos espacios se encuentra sustancialmente comprometido.

El trastorno de acumulación suele iniciarse en grado leve durante la adolescencia y empeora gradualmente con la edad, causando un deterioro clínicamente significativo hacia la mitad de la cuarta década de la vida. En un momento dado, se estima que el 2 a 6% de las personas padecen este trastorno. Es igual de frecuente en mujeres y hombres.

Este trastorno suele ser crónico, con poca o ninguna exacerbación o disminución de los síntomas ni remisión espontánea. Los pacientes tienen una fuerte necesidad de guardar objetos, y experimentan angustia significativa cuando se separan de los objetos o consideran separarse de ellos. Los pacientes acumulan una gran cantidad de artículos para los cuales no tienen suficiente espacio; estos congestionan y desordenan los espacios habitables de tal forma que no se pueden utilizar, salvo para guardar objetos acumulados. 

Por ejemplo, pilas de periódicos acumulados pueden cubrir el fregadero, las repisas llenas de objetos o escaleras cubiertas de cosas, impidiendo usar estas áreas para lo que han sido destinadas. 

Los síntomas de acumulación a menudo afectan el funcionamiento social, laboral u otras áreas. Por ejemplo, es posible que los pacientes no permitan que otras personas, incluidos familiares, amigos y reparadores, ingresen a la casa porque se sienten avergonzados por el desorden. La acumulación puede dar lugar a condiciones de vida inseguras (p. ej., al favorecer un incendio o aumentar el riesgo de caídas) y puede provocar desalojos o problemas legales.

Los criterios diagnósticos para el trastorno de acumulación incluyen los siguientes:

  • Dificultad permanente para descartar o separarse de posesiones, independientemente de su valor real.
  • La dificultad de desprenderse se debe a la necesidad percibida de guardar objetos y la angustia asociada al desecharlos.
  • Las posesiones acumuladas congestionan y desordenan los espacios habitables (es decir, no son sótanos o áreas de almacenamiento) y sustancialmente comprometen el uso previsto para estas áreas.
  • La acumulación provoca un malestar significativo o un deterioro en el funcionamiento social, laboral o en otras áreas.

El tratamiento del trastorno de acumulación es complejo. Requiere apoyo médico con fármacos que regulen la ansiedad y permitan al paciente adaptarse y tolerar los cambios en sus hábitos. Del mismo modo es imprescindible la terapia psicológica, sobre todo la terápia Cognitivo Conductual, la cual ha mostrado buenos resultados tratando estas condiciones obsesivas. 

Por ejemplo, esta terapia se centra en ayudar a los pacientes a deshacerse de artículos, a abstenerse de adquirir nuevas posesiones (si la adquisición excesiva es un problema) y a mejorar sus capacidades para tomar decisiones. Las técnicas de motivación a menudo son necesarias para alentar a los pacientes a participar y permanecer en el tratamiento. (Psiquiatra/Paidopsiquiatra)