Bibliófagos (I)

"APÚRATE QUE NO LLEGAS, y ya imposible puntual", me dije. Tenía prisa por llegar a un evento

"APÚRATE QUE NO LLEGAS, y ya imposible puntual", me dije. Tenía prisa por llegar a un evento. Así que me fui dando casi tumbos para estar en la medida de lo posible, apretando la conocida fórmula de velocidad, tiempo y distancia, para recorrer 30 kilómetros,  lo más breve. Villahermosa- Jalpa. Lo anterior para estar presente en la luz pública de la materialización de dos sueños: una editorial, empresa como trascendental  humana obra, y su primer producto: el libro en homenaje al buen Rubén Ponce De León, presbítero amado por la feligresía que lo llegó a conocer, y respetado asimismo por los no feligreses que asimismo lo conocimos.

EN LA ENTRADA DEL CONJUNTO de salones para fiesta, Cristal, del club Royal Center, de Jalpa, me echó el rait Wilber Albert: "es en un salón del fondo", me dijo. Me subí apresurado al auto. Iba Ulises y Juan de Jesús. Entré apresurado, igual, casi dando tumbos. Miré una silla solitaria, casi adelante. El salón lleno. De reojo vi a algunos de los asistentes. El presídium de primera, con Kristian Antonio Cerino, Víctor Sámano, Mario Cerino, el sacerdote Roberto Sánchez Cabrera y Olga Mandujano. Ponentes y maestra de ceremonias, respectivamente. Como fondo la lona alusiva "Fundación Rubén Ponce De León Murillo. Bibliófagos”. La imagen de la portada del libro. Las palabras Presentación del libro: "Rubén: Intelecto y Fe". “Mario Cerino Madrigal. Coordinador". Un evento de amor y pasión. Un evento de amistad y reconocimiento. Un evento para registrar que hay vidas de luz, brújulas que orientan, que no pasan en vano en la fugacidad, porque fecundaron almas, polinizaron ideas. Y la vida sigue. Porque también es un evento de dolor. De nostalgia. Pero sobre todo un evento amoroso. 

AL MOMENTO DE MI LLEGADA el turno ante el micrófono era del Padre Roberto, guía de la Inmaculada Concepción.  Habló sobre la vida del presbítero Rubén. La manera cómo inspiraba en las charlas, en su forma de ser. Y cómo le inspiró para entrar al seminario. Yo en ese momento no sabía si ya había pasado el turno a los otros ponentes. Tenía la esperanza de que no. Pocas veces celebré (yo) que el evento se haya retrasado unos minutos más de la hora programada. 

"VISITANTE QUE LLEGAS a Jalpa de Méndez. Uno de los lugares que no dejarás de visitar, a riesgo de arrepentirte, es la majestuosa iglesia de San Francisco de Asís, enclavada en el mero centro de la cabecera municipal". Yo la conocí hace cuarenta y tres años. En ella me refugié no pocas veces. Oficiaba en esos años, de finales de los 70 y principios de los 80, el sacerdote José, conocido como el Padre Chepe, a quien miraba algunas tardes jugando fútbol en el campo El Mangal, de los Castillo Hernández. Luego me quité de Jalpa, y al paso de los años, radicado yo en Villahermosa, me enteré que estaba al frente de dicha parroquia el Padre Rubén Ponce De León Murillo, michoacano, ampliamente conocido en Tabasco y mucho más allá. Y supe asimismo que la misión emprendida de Don Rubén, y su afán, era reconstruir la iglesia. Pero no una reconstrucción para hacerla más funcional, sino hacer una obra de arte en arquitectura. Y lo logró con creces en 7 años y algo más. "Quedó maravillosa", me alentaban a visitarla. Hasta que en una ocasión me decidí a visitar el municipio con el único fin de entrar a la iglesia. Y quedé absolutamente maravillado. Una obra magna, producto del genio del diseño, de la arquitectura, de la ingeniería y de las artes, en sus vitrales, cuadros y tallados de madera. Pero la reconstrucción como empeño de Rubén Ponce se refería no solo a lo tangible, sino a lo intangible, en reconstrucción de la iglesia como conjunto de personas.

"Bibliófagos" es el nombre de la Editorial que ha creado Mario Cerino. (Esta crónica continuará mañana)