OPINIÓN

Cólera y deliro de la derecha
04/11/2025

Molotov, Simón Levy y One Piece: el repertorio delirante de la derecha

A últimas fechas, una de las principales manifestaciones del deporte verbal de la derecha es mentarle la madre a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, al ex presidente Andrés Manuel López Obrador, al gobierno, a Morena, a todo lo que huela a izquierda y a la Cuarta Transformación, motivo por el cual se hace indispensable la lectura de "El laberinto de la soledad" de Octavio Paz, quien en alguna parte escribe sobre la palabra "chingar": "Nadie la dice en público. Solamente un exceso de cólera, una emoción o el entusiasmo delirante, justifican su expresión franca".

          Y sí, la derecha tiene cólera y un permanente delirio. Y eso se mostró con claridad en el concierto del grupo Molotov que con motivo de su treinta aniversario ofreció el pasado 30 de octubre ante poco menos de veinte mil asistentes, y en el cual uno de sus integrantes expresó lo siguiente: "Éramos un país bien chingón. Ni estamos alineados a cualquier Cuarta Transformación. ¡Que chinguen a su madre! Estamos aquí porque somos igual que ustedes, somos mexicanos. Y queremos este país, donde nacimos, donde lo cuidamos. Y aunque cada vez nos va un poco más mal, esta canción sigue diciendo lo mismo".

          Pero lo sintomático es que Jay de la Cueva, que así se llama este músico polifacético que se ha hecho fama dentro del medio musical por participar en diversas propuestas a la vez, es que sus palabras las externó en el Palacio de los Deportes, espacio propiedad del gobierno de la Ciudad de México alineado a la Cuarta Transformación.

          Cólera y delirio de la derecha que también se hizo patente durante los últimos días con el juego (¿o cómo llamarle?) de Simón Levy, en donde este empresario, ex funcionario de la Ciudad de México en tiempos de Miguel Mancera y del gobierno federal durante apenas cuatro meses el sexenio pasado, dio muestra de sus excesos verbales, de mitomanías, de mentiras, de alucinaciones, de falsas creencias, de noticias falsas, y lo hizo con la complacencia de ciertos comunicadores que dieron fe de veracidad a los dichos de este personaje que durante cada una de sus apariciones públicas se muestra como parte de un juego, de una comedia de ciencia ficción.

          Como seguramente muchos de los lectores no lo recordarán, sobre todo si pertenecen a la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2012), hace décadas se hizo famosa una canción llamada "El juego de Simón", interpretada por Roberto Jordán, cantante sinaloense que entre otras características que tiene es que fue de los primeros intérpretes de las composiciones de Juan Gabriel, y en la cual decía algo así: "Le vas a preguntar / quién se llama Simón. / Si te besa sabrás que te da el corazón".

          Así dice la canción de Roberto Jordán, y así parece que sucedió con Azucena Uresti, Luis Cárdenas, Pedro Ferriz de Con, y todo aquel periodista que lo entrevistó y le creyó y lo defendió y lo divulgó y lo siguió defendiendo, aunque algunos, cual despechados, cuando se dieron cuenta del juego de Simón Levy, gritaron frente al micrófono y las cámaras: "Me engañó".

          Y ya que la Generación Z apareció un par de párrafos arriba, ésta ha salido a la palestra convocando para el próximo 15 de noviembre a una concentración y manifestación y marcha en contra del gobierno y a favor de todos los temas que la derecha teóricamente maneja como propios: la defensa de la democracia, de la ciudadanía, de la paz, de la no violencia, de la seguridad, y lo hace enarbolando como símbolo de identificación a la bandera pirata de la serie de anime japonesa "One Piece", compuesta por una calavera sonriente, con dos huesos a sus espaldas y portando un sombrero de paja amarillo, creada en 1997, mismo año en el que nacieron los miembros de la Generación Z de más edad.

          Pero parte de lo sintomático de este llamado de la llamada Generación Z, es que sus líderes reales son mucho mayores de la edad de sus integrantes, y además son los mismos que hace un año lanzaron un grito al cielo porque se pusieron de moda unas camisetas con la imagen de una calavera y con la leyenda "Un verdadero hombre nunca habla mal de López Obrador", y tanta fue su indignación y miedo de irse al infierno, que incluso la senadora identificada ella misma como católica y de derecha, Lilly Téllez, con rosario en la mano gritó en el recinto del Senado: "Alto al demonio", y lo hizo frente a una lona con la imagen de las playeras.

          Es decir: hace un año una camiseta con la imagen de una calavera era producto del mal, pero hoy una bandera con la imagen de una calavera es producto del bien y de la resistencia que la derecha tiene hacia todo lo que huela a progresismo.

          Y es que, no hay que olvidarlo, en la derecha todo está enmarcado entre la cólera y el delirio.





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