OPINIÓN

El enemigo de la oposición
02/06/2025

Más allá de los resultados: lo que deja la elección judicial en México

El proceso electoral que el país ha vivido durante lo que va de este 2025 en materia de elección de las personas juzgadoras que conformarán el nuevo Poder Judicial de la Federación (PJF) a partir del uno de septiembre próximo, y que alcanzó su punto cúspide el domingo uno de junio cuando se acudió a las casillas para depositar en las urnas las boletas en las que se emitieron los votos para favorecer a las candidatas y los candidatos a ocupar algún puesto en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en el Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ), en la Sala Superior y en las Salas Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en las Magistraturas de Circuito y en los Juzgados de Distrito, sin lugar a dudas y más allá del porcentaje de votación y de quienes resultaron triunfadoras y triunfadores, ha dejado enseñanzas que serán fundamentales para el presente y el futuro de México.

          De entrada merece atención especial el papel que jugaron los grupos opositores a este proceso electoral, y no solo los que se enmarcan dentro de los partidos políticos, sino también los que se escudan en la propia estructura del actual Poder Judicial de la Federación (PJF), en las instancias electorales, en la iniciativa privada, en los medios de comunicación, en la intelectualidad, y en la llamada sociedad civil afín a lo que en el pasado proceso electoral presidencial se congregó alrededor de lo que se conoció como Marea Rosa, así como en la Coalición Corazón y Fuerza por México, ambas expresiones políticas formadas y coordinadas por el empresario Claudio X. González junior, y que pretendieron crear la narrativa de que la solución al supuesto narco gobierno imperante en México era la llegada de Xóchitl Gálvez a la primera magistratura, narrativa que resultó fallida y que no pasó de ser una simple falacia, además de que la ciudadanía no la creyó.

          Y es que estos mismos actores frente al proceso para renovar al Poder Judicial Federal (PJF) a través del voto universal, libre y secreto de la ciudadanía pretendieron crear la narrativa de que era una farsa y un peligro para México (¿les suena?), ya que por un lado dijeron que la decisión de quienes triunfarían en las urnas ya estaba decidida desde Palacio Nacional y de Palenque, y por otro aseguraron que ganarían puros representantes del crimen organizado, tratando de seguir con ese garlito de que el país está gobernado por un narco gobierno, y entonces estos actores llamaron a la ciudadanía a no ejercer su derecho al voto, contraviniendo una de las máximas de la democracia liberal occidental que es el voto, y a la que dicen defender.

          Es decir que, en pocas palabras, las expresiones políticas, empresariales y sociales, así como los grupos políticos, empresariales y sociales, que se oponen a todo lo que provenga de la Cuatro T, de Morena y del gobierno, se tropezaron una vez más con la misma piedra que las y los descarriló del camino hacia la presidencia del país en el proceso de 2024: ellas y ellos mismos congregados en esa entelequia autollamada oposición, por lo que no resulta descabellado considerar que el principal enemigo de la oposición es ella misma.

          Y es que, hay que decirlo, la oposición en su conjunto y por partes, no ha aprendido a leer la historia y mucho menos el presente. En el primer aspecto resulta conveniente apuntar que aunque muchas y muchos de quienes conforman el conglomerado de opositoras y opositores se autonombran demócratas desconocen que en la lejana Grecia, cuna de la democracia, Polibio recomendó a Demetrio i Seleúcida que no volviera a pedirle al Senado que le permitiera asumir el reinado de Siria que, según él, le correspondía por la muerte de su padre, y lo hizo con la siguiente recomendación: "No tropezar dos veces con la misma piedra". Y también en la vieja Roma se acuñó el refrán "bis ad eundem lapidem offendere" que significa "tropezar dos veces con la misma piedra".

          Y de aquellas lejanas Grecia y Roma, a los tiempos actuales, dicha expresión no ha perdido exactitud ni relevancia, por lo que hoy en día sigue tan vigente como hace siglos, o como también se decía en Grecia: "El hombre es el animal que tropieza dos veces en la misma piedra", y lo hace de manera individual o colectiva, como ha sido el caso en México durante el proceso para elegir al nuevo Poder Judicial Federal (PJF).

          Pero a decir verdad hoy en día la oposición mexicana tropezó con la misma piedra que es ella misma, y lo hizo porque se ha quedado en solo regocijarse ante el espejo y, por lo mismo, no ha sabido conocer ni mucho menos leer lo que significa el México actual, y entonces en términos generales ha menospreciado, ofendido, ninguneado e ignorado a la ciudadanía, y no le ha reconocido el valor que tiene en el sistema político que se está construyendo en el país. Y se dice que en términos generales porque para la oposición la única ciudadanía que tiene valía y reconocimiento es la que piensa como ella, y la otra, que es la mayoritaria, es naca, chaira, tonta, burra, manipulable, borrega, no emprendedora y mantenida que vive de las limosnas que el gobierno le otorga mediante los programas sociales consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

         Y bueno, también aquí en México se considera cabezón al terco, testarudo, tozudo, obstinado, entre otros calificativos, y como los tiempos recientes así lo han mostrado, todo parece indicar que la oposición no cambiará por más piedras con las que se tropiece, es decir, metafóricamente es una cabezona, pero a la oposición se le olvida que también en la vieja Roma se decía: "Quien en una piedra dos veces tropieza, merece que se quiebre la cabeza".





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