OPINIÓN

En México nunca ha habido una oposición real (II)
03/12/2025

Las razones históricas de la crisis de una clase política

SEGUNDA Y ÚLTIMA

En México no hay una oposición real, sostiene el autor. En la colaboración anterior, primera de dos partes, refirió las razones históricas de la crisis de una clase política que decidió, colectivamente, dejar de representar personas para empezar a administrar intereses. Tras revisar al PAN (la negación de la sangre) y al PRI (la arquitectura de la desigualdad), toca mirar al Partido de la Revolución Democrática (PRD y Movimiento Ciudadano,

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El PRD y el vacío del alma

La tragedia del PRD es la más triste, porque es la historia de lo que pudo ser. Eran la esperanza, la voz de los de abajo, la sangre de los mártires de 1988. Pero se convirtieron en un cascarón. Cuando sus fundadores se fueron a MORENA, el PRD no se quedó con la ideología, se quedó con la burocracia y el presupuesto. Se volvieron parásitos del sistema, dispuestos a aliarse con sus antiguos asesinos (el PRI y el PAN) solo para mantener una regiduría o una plurinominal. Perdieron el alma y, con ella, al pueblo.

Movimiento Ciudadano y la banalidad

Y ahí está MC, intentando vendernos el futuro con un reel de Instagram. Su error es creer que la política es un producto de consumo. La "Nueva Política" no puede ser solo tenis naranjas y canciones pegajosas. Eso es marketing, no gobierno. Al reciclar candidatos de otros partidos y centrar su poder en cacicazgos regionales (Alfaro en Jalisco, Samuel en Nuevo León, siendo locales en Tabasco la familia Marin en E. Zapata), demuestran que son lo mismo, pero con mejor diseño gráfico. Banalizan los problemas profundos de México, reduciendo la complejidad del país a una storie de 15 segundos.

EL CULPABLE: PRAGMATISMO POLÍTICO.

El hilo conductor de este desastre es que todos dejaron de creer en algo. Cuando el PAN gobierna como el PRI, y el PRD se alía con la derecha, el mensaje que le envían al ciudadano es devastador: "No importan las ideas, importa el cargo".

Cayeron en el pragmatismo absoluto. Mantuvieron intactas las estructuras de poder (los monopolios, los sindicatos corruptos, los pactos de impunidad) porque desafiarlas era "peligroso" o "poco rentable". Prefirieron administrar la decadencia que arriesgarse a transformarla. Y en ese abandono de los principios, dejaron el camino libre para que un movimiento masivo como MORENA capitalizara todo el rencor acumulado.

ANATOMÍA DE UNA OPOSICIÓN NECESARIA

México no puede quedarse cojo. La democracia necesita un contrapeso, pero no uno que quiera regresar al pasado, sino uno que se atreva a imaginar un futuro distinto.

Para que emerja una oposición real, tiene que ser una Izquierda del Siglo XXI, profundamente humana y radicalmente honesta.

  1. Reconocer el Dolor: El primer paso es la humildad. Una nueva oposición debe empezar pidiendo perdón. Perdón por el Fobaproa, perdón por la guerra, perdón por el abandono. Solo desde la validación del dolor ajeno se puede construir confianza.
  2. Romper el pasado colonial: Debemos proponer un país donde la ley no sea una sugerencia. Esto implica ir contra los intocables, sean empresarios, militares o políticos. Una oposición que proponga el fin real de los fueros y privilegios, no como venganza, sino como justicia.
  3. Sin Pragmatismo: Necesitamos políticos que prefieran perder una elección defendiendo una idea justa (como una reforma fiscal progresiva real o derechos laborales plenos) que ganar una elección traicionando sus principios (ya sabes quién).
  4. Rostros Nuevos, Manos Limpias: No se puede construir lo nuevo con los escombros de lo viejo. Se requiere una generación que no venga de las juventudes, de los partidos tradicionales, sino de las universidades, de las fábricas, el campo, el hogar, de todo el país. Políticos de todos los sectores, con todas las ideas, siempre y cuando su único fin sea construir el país que todos queremos.

La oposición en México es irrisoria porque olvidó que su trabajo no es oponerse al presidente, sino defender al ciudadano. Hasta que no recuperen esa vocación de servicio (que no lo harán), hasta que no sientan el dolor ajeno como propio, seguirán siendo una burla, mientras el país sigue buscando, desesperadamente, en quién creer. (Fin)





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