Plano tangente

¿Cuándo dejar de controlar la vida?

"La genética nos enseña que no hay una versión 'correcta' o 'mejor' de un rasgo; todos los genotipos y fenotipos son válidos y tienen su lugar en la naturaleza.

Gregor Mendel

 

La manipulación de organismos vivos o sus componentes para obtener productos o procesos de interés ha revolucionado diversos campos, desde la medicina hasta la agricultura. Un área controvertida de la biotecnología, que es la ciencia que se encarga de esto, es la de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM). Para formar un criterio sobre la edición genética hay que conocer sus innegables beneficios y su alcance, al mismo tiempo que tener presentes sus limitaciones, tanto en aspectos técnicos como éticos.

Las y los científicos ahora pueden agregar nueva información genética, cambiar genomas y silenciar funciones genéticas en mayor medida que nunca. Han encontrado una manera de eludir los mecanismos naturales de herencia y regulación genética. Estamos en la cúspide de una nueva área, una en la que tendremos autoridad primaria sobre la composición de la vida y todos sus vibrantes y variados resultados. Esto no es nuevo, pero nunca había sido tan absoluto. Desde que existen la agricultura y la ganadería, hace miles de años, la influencia humana se ha visto en la selección y el cruzamiento de plantas y animales establecer rasgos beneficiosos y deseables. Sin embargo, estos son procesos muy tardados, lo cual tiene su lado bueno por permitir que los cambios se asimilen mejor en la naturaleza, pero resta la capacidad de responder a emergencias. Hoy en día, son inmediatos y específicos los reordenamientos genéticos.

Algunas consideraciones éticas incluyen la manipulación genética que permite modificar el ADN de organismos vivos, incluyendo humanos. Esto abre la puerta a la erradicación de enfermedades y la mejora de características deseables. No obstante, surgen interrogantes sobre los límites éticos de la intervención humana en la naturaleza y los potenciales riesgos para el medio ambiente y la salud humana.

En cuanto al efecto en el medio ambiente de los OGM, a través de la agricultura pueden tener consecuencias ecológicas no deseadas. En algunas regiones su uso podría afectar la biodiversidad, la salud del suelo y la resistencia a plagas. La comprensión completa de los mecanismos biológicos y las interacciones entre organismos sigue siendo un desafío, lo que limita el desarrollo de aplicaciones biotecnológicas más precisas y eficientes.

Todos los métodos de ingeniería genética, sean "antiguos" o "nuevos", están asociados con riesgos específicos. Con base en el conocimiento existente, se puede decir que las características de los OGM investigados en el laboratorio o en condiciones controladas no son suficientes para predecir todas las consecuencias relevantes que podrían ocurrir en la descendencia y en la interacción con el medio ambiente (Bauer-Panskus et al., 2020). Incluso con toda la investigación detrás de plantas modificadas, es necesario repensar hasta qué punto la persistencia y la propagación espontánea de plantas genéticamente modificadas deben someterse a una evaluación de riesgos detallada, considerando también el posible flujo de genes hacia especies silvestres parientes.

Las plantas transgénicas no experimentaron procesos evolutivos y no derivan de la biodiversidad existente. Por lo tanto, su introducción en el medio ambiente, su cultivo a gran escala y su impacto en la cadena alimentaria exponen a los seres humanos y al medio ambiente a riesgos difíciles de predecir.

En respuesta a ello, se puede implementar un enfoque científico basado en técnicas ómicas para la evaluación del riesgo de OGM. Es decir, las posibles alteraciones en el fenotipo se identifican mediante un análisis comparativo del comportamiento del crecimiento, el rendimiento, la composición química, etcétera. Se utiliza un enfoque específico (es decir, mediciones de un número limitado de compuestos individuales como macronutrientes, micronutrientes y ciertos metabolitos secundarios específicos de cada cultivo) para detectar diferencias de composición y nutrición entre el OGM y su contraparte no transgénica. Dicho a grandes rasgos, pueden detectarse peligros con un contraste químico entre el OGM y su equivalente sin editar.

Desde una perspectiva social y económica también aparece un asunto no menos importante: el uso de OGM puede llevar a un mayor control corporativo del suministro de alimentos y puede perjudicar a los pequeños agricultores. Esto debido a que a menudo están patentados por grandes corporaciones y a que pueden no ser compatibles con las prácticas agrícolas tradicionales. Además, por ser bastante competitivos y venir de empresas de mucho poder pueden acaparar todavía más al mercado.

Los posibles beneficios y riesgos de los OGM variarán según el cultivo específico y el entorno en el que se cultivará; y de la edición de mamíferos, ni decirlo. Si bien se habló mucho de la incertidumbre alrededor de los OGM, no es para tenerles miedo. Por el contrario, entender sus riesgos es clave para exprimir todo el potencial de la edición genética. Como cualquier otra herramienta, la benevolencia de la ingeniería genética depende de cómo se usa.

(jorgequirozcasanova@gmail.com)