Poder Político
13/10/2025
Toma y daca
La relación comercial entre los Estados Unidos de América y los Estados Unidos Mexicanos sobre el entramado del T-MEC es profundamente interdependiente. Aunque en el panorama general se aprecie que de este lado hay una arraigada dependencia del vecino de Norteamérica, en el análisis a detalle ambos países se necesitan mutuamente en distintos ámbitos de la correlación.
Sería una insensatez que Donald Trump pretender que la relación comercial tripartida en el que se incluye a Canadá se encause a tratados bipartitas, una decisión a errónea en su nacionalismo a ultranza para doblegar e inclinar en su favor la balanza, cuando la interdependencia exige el equilibrio en los diversos capítulos; desde el agropecuario, automotriz, hasta tecnológico, entre otros tantos que les vincula.
La revisión anticipada del Tratado Comercial, que de origen el mismo texto establece que el inicio debe ser el 1 de julio de este 2026, debe llevarse a cabo con la absoluta transparencia y el reconocimiento del horizonte de oportunidades para un fortalecimiento de Norteamérica como polo económico predominante,.
Incluso deberá incorporarse la relocalización de las empresas, en donde México por su posición geopolítica y vecindad con el mayor mercado consumidor representa el mayor polo de atracción para los corporativos que empiezan a migrar de China y Asia para asentarse en este suelo, justo por la proximidad con Estados Unidos de América.
Bajo el paraguas tecnológico, empresas como Amazon y Microsoft realizan millonarias inversiones con el enclave estratégico en el estado de Querétaro para detonar en esta entidad un polo logístico que en su respectivo modelo de negocios les permitirá extenderse a Latinoamérica.
De ida y vuelta, más del 80 por de las exportaciones mexicanas tienen como destino el mercado estadounidense, con la particularidad de ser el principal proveedor en productos agrícolas, incluidos aguacate y tomate; en Inversión Extranjera Directa el vecino por mucho tiene un alto aporte a este país, con una dependencia por parte de sus empresas de las plantas mexicanas para obtener una manufactura eficiente.
Millones de empleos mexicanos dependen del comercio con los Estados Unidos, mientras que de estos requieren de proveeduría precisamente de esa mano de obra para el sector automotriz y agrícola; México se favorece de la vecindad para logística y comercio, mientras ellos se benefician al tener un socio manufacturero competitivo en su frontera; de aquí se importa gas natural y tecnología energética, en tanto que los estadounidenses americanos dependen de los mexicanos para la estabilidad en la frontera y cooperación energética.
En conclusión, México posee una dependencia más directa y cuantificable, en especial de las exportaciones, empleo y crecimiento económico; Estados Unidos tiene una dependencia funcional y estratégica, de manera particular en cadenas de suministro, seguridad regional y competitividad frente a China.
Luego entonces, se cae per se el mentiroso discurso del presidente republicano mediante el cual estigmatiza a los mexicanos de ser los culpables de las desgracias en su país, entre estos por delincuencia, narcotráfico y migración; habida cuenta que ambas naciones se necesitan para coexistir, junto con Canadá que en un lazo comercial que data desde 1994 les tiene fortalecidos como bloque comercial frente en la geopolítica.
La pretensión de Donald Trump por jugar con las emociones de los vecinos de disolver el T-MEC para llevarlos al terreno de tratados bipartita les debilitaría ante sus competidores, para nada deseables entre los vecinos de Norteamérica. La supremacía del vecino no aplica para el punto de inflexión que les tiene de cara a evaluar el saldo de esta sinergia.
Los Estados Unidos Mexicanos debe fortalecer su capacidad de negociación, diversificar mercados y elevar el valor agregado de sus exportaciones y los Estados Unidos de América, aunque más grande, no puede ignorar el papel de su vecino del sur como socio clave en su competitividad global.
México necesita a Estados Unidos de América para crecer, pero estos necesita a los Estados Unidos Mexicanos para mantenerse competitivo y estable. El T-MEC es el puente que equilibra esa relación.
La interdependencia es una realidad evidente que no se puede negar entre las naciones que comparten esta región continental, exigidos a realizar un sesudo análisis para fortalecerse con lo que implica el peso específico de mucha influencia en la geopolítica.
eduhdez@yahoo.com
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