A sus 59 años de edad, doña Manuela Jiménez se levanta todos los días desde las tres de la madrugada, para salir de su casa en la ranchería La Palma y llegar con los primeros rayos del sol al centro de Villahermosa; con la venta de ciruelas intenta ganarse el pan y tratar de sobrevivir ella sola.

“No puedo darme el lujo de ponerme en cuarentena, si no trabajo, no como y si salgo a trabajar puedo agarrar la enfermedad esa que viene dando, de todos modos, por cualquiera de las dos, me puedo morir, pero necesito comer, pagar mis deudas, pagar la luz, por eso salgo a la calle a ganarme la vida”, dijo.

Durante su charla con El Sistema Informativo de Tabasco, indicó que la contingencia sanitaria y las medidas tomadas tanto por el gobierno federal como estatal, no contemplan su forma de vida, pues ella se mantiene de sus labores diarias y desde la semana pasada, sus ventas empezaron a bajar, comúnmente en un día normal Manuela percibía hasta 160 pesos diarios por sus ciruelas y verduras que cosecha de su propio huerto, hoy no había ganado ni 10 pesos.

Sentada sobre un cajón de madera, mismo donde traslada su mercancía desde los asentamientos cercanos a la terminal aérea, hasta el centro de la ciudad, la mujer de avanza edad, se tallaba los dedos de las manos, los cuales revelaban un avanzado cuadro de artritis, sin embargo, el dolor de las extremidades era superado por la preocupación y desesperación de no saber qué hacer en estos días de crisis.