OPINIÓN

ESCALA CRÍTICA

Escala Crítica
12/06/2025

Cultura, geopolítica y energías del futuro:


la batalla por los recursos, poder y sustentabilidad  

* Agua, litio, gas, electricidad, petróleo: negras cuentas del mundo      

* China, Rusia y Estados Unidos: estrategias para control geopolítico       

* Dilemas en periferia: ¿producción a destajo sin protección ecológica?       

 

 

UN REPORTAJE de la agencia Associated Press (8/6/2025) advierte sobre la sustentabilidad de la vida a partir de la batalla por recursos energéticos. En resumen: desde mediados del siglo XX la búsqueda de energías limpias es fachada discursiva. En la tercera década del siglo XXI, el incendio es grave: hay poco tiempo para revertir la contaminación y daños a la naturaleza. Avanza el reloj de la medianoche (que en Londres señala catástrofe), mientras las buenas intenciones no sean acciones. Los mandamases económicos sólo conocen el idioma dinero. Los mandamases políticos sólo conocen la conveniencia para controlar y medrar. Utopía al revés de un mundo que, como barco enloquecido, navega alegremente hacia su hundimiento.

Con medición técnica, el reportaje AP concluye: "entre 2035 y 2050, por contaminación del agua y el aire, desastres naturales -provocados por mano humana- y desastres ambientales -sobrecalentamiento de la atmósfera- estará en riesgo la vida en el planeta".               

Exploremos cómo se llegó a ese punto de quiebre.

NUEVO DESORDEN MUNDIAL

DESPUÉS DE LA SEGUNDA guerra mundial, Estados Unidos define una política energética que marcó el siglo XX: cuidar reservas petroleras y convertirse en comprador líder. En muchos países, la prioridad productiva fue dictada por la demanda yanqui del oro negro. Comenzaba una guerra fría que catapultó los recursos energéticos como apuesta ganadora.

Los precios del petróleo se elevaron desde 1948 hasta la crisis energética de 1973, cuando surgió la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Se buscó frenar el desorden del mercado de hidrocarburos y acordar precio internacional fijo. México eligió exportar crudo como palanca de desarrollo y en parte acertó: tuvo 6% anual de crecimiento en la fase de jauja petrolera. Faltó autosuficiencia alimentaria, diversificando industrias y activando el campo.            

Si el petróleo es recurso no renovable, la clave es qué países lo guardan, mientras se ´vende´ el discurso de energías limpias. Otro punto clave: derivados del petróleo asociados a la petroquímica. El procesamiento y uso industrial del crudo le otorgan valor agregado. El siglo XX fue petrolero; el siglo XXI trajo un cambio: lo intangible. Del hardware (lo físico) al software (lo virtual). La era de la información combina la energía en bruto (materia prima, recursos renovables y no renovables) con lo intangible del software. En esa transición, cualquier crisis energética define tensiones geopolíticas que conducen al choque cultural occidente y oriente. La guerra energética incluye culturas que se mezclan, a la vez que se repelen y compiten.    

             

MEDIO AMBIENTE Y CULTURA

SAMUEL HUNTINGTON acuñó el término "choque de civilizaciones", para ubicar el escenario cultural del siglo XXI. Con el derrumbe de las torres gemelas (Nueva York, 2001), este escenario fue mediático. El escenario es también económico: tensiones por los precios del petróleo, mientras se publicitan ´energías limpias´.   

Entre realidades sucias y discursos limpios, el siglo XXI produce giros geopolíticos:   

-China emerge como potencia mundial con astucia y opacidad. Se beneficia del libre mercado, identifica qué vender y en dónde, mientras su mano de obra es la más barata del mundo, sin supervisión a condiciones laborales y derechos humanos. La explotación infantil se denuncia, sin que China reciba sanciones significativas. A China le importa controlar recursos hidráulicos y a la par "es el mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero", según informe ecológico de los Países Bajos.     

-Rusia, después del derrumbe de la Unión Soviética (1989-1992), emergió como potencia militar y es el principal surtidor de gas a Europa. La estrategia rusa: tener un campo de influencia territorial mientras eleva pretensiones energéticas. Rusia está en la batalla por minerales estratégicos para tecnologías virtuales. Se lee en el artículo de AP: "los minerales estratégicos para la transición energética son aquellos cruciales para la producción y almacenamiento de energía renovable y tecnologías de movilidad eléctrica. Estos incluyen litio, cobre, níquel, cobalto, grafito y elementos de tierras raras, que son componentes clave en baterías, turbinas eólicas y vehículos eléctricos." Tierra rara, para Rusia y EEUU, es Ucrania.

-Estados Unidos, con Trump delirante, busca lo mismo que China y Rusia, y algo más: que el petróleo siga siendo clave. Pretensión complicada, por la diversidad energética hoy: energía solar, eólica, nucleoeléctrica, hidroeléctrica. El petróleo, con el segundo mandato de Trump, repuntó en precio y se mantiene como recurso industrial clave. 

EN LA PERIFERIA

CRUCIAL: MÉXICO tiene contactos significativos con las tres potencias mundiales que buscan definir el futuro energético. ¿Qué hacer? Ahí está la batalla de largo plazo, que deberá dar el gobierno (del signo que sea), mientras los problemas coyunturales agobian y son escándalos mediáticos con problemas de fondo (Los Ángeles).  Sheinbaum necesita más cabeza fría. También, colaboradores que comprendan lo que está en juego. Y así en los estados, sin improvisación. 

( vmsamano@hotmail.com)

            





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