Tras la terquedad de los integrantes del retén que cuidan la única entrada y salida al poblado Multe, el cual se negaban dejar entrar a las distribuidoras de servicio y mucho menos a las familias que por necesidad tienen que trabajar, ejidatarios entregan documentos de peticiones poniendo fin a los desmanes.

Debido a la contingencia del Covid-19 que se vive en el municipio, delegados municipales se vieron obligados a instalar retenes para controlar el flujo de personas a los centros de poblaciones, en este caso el poblado Multe se organizó junto con la autoridad comunitaria profesora Ana Berta Valenzuela Pozo, para evitar contagios en la población.

Pero todo se fue saliendo de control, entre los integrantes de este retén, debido a que se negaban a dejar salir de la comunidad a familias que tienen que salir a trabajar desde las 5 de la mañana, ejidatarios que ya no podían salir a sus parcelas, ni mucho menos camionetas distribuidoras de la despensa o purificadoras.

Las tiendas de abarrotes se estaban quedando sin mercancía y por ende, los pobladores no podían surtirse de alimentos, es por eso que se organizaron para elaborar una petición en la que dejen entrar a distribuidores de bebidas y alimentos de primera necesidad. Ahora, el retén debería permitir el acceso, claro está siguiendo los protocolos de seguridad.