En los tiempos recientes dos sucesos protagonizados por dos oriundos de Argentina pero desde hace muchos años avecindados en México, provocaron molestia, enojo e indignación en parte importante de la población de esta tierra azteca. Primero fue el actor ("de Televisa" apuntaría en su momento Carlos Monsiváis) Juan Soler quien en febrero pasado ante la política antiinmigrante de Donald Trump le manifestó su apoyo, además de decir que ama a Javier Milei por sus políticas y acciones en contra de la izquierda, a cuyos integrantes de manera despectiva los denomina "zurdos de mierda". Después fue la actriz ("de Televisa" repetiría en su momento Carlos Monsiváis) Ximena Pichel quien el pasado fin de semana fue grabada en una actitud violenta y con expresiones racistas en contra de un policía de la Ciudad de México. Y en los dos casos, la reacción de la mayoría de los mexicanos fue de rechazo e, incluso, de petición de que retornen a su país de origen.

          En lo personal, además de indignación y rechazo, estos hechos me despertaron dos reacciones. Por un lado, me aflora un dejo de nostalgia por aquellas argentinas y por aquellos argentinos que tuve la suerte de tratar como alumno en la licenciatura en sociología durante la segunda mitad de los años setenta del siglo pasado en la entonces recién inaugurada Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Acatlán. Argentinas y argentinos que arribaron a esta tierra azteca como exiliados políticos después de sufrir persecución por parte de las fuerzas armadas aposentadas de manera violenta e ilegal en la presidencia de ese país del sur de América. Argentinas y argentinos que me dejaron huellas indelebles en mi manera de ser y de pensar. Argentinas y argentinos cuyos nombres se me agolpan de manera desordenada pero con un inmenso respeto hacia ellas y hacia ellos. Nombres que, a reserva de que se me pase de largo alguno de ellos, van de Ruth Nora Escolar a Luis Rubio, de Mirta Bicecci a Daniel Gerber, de Ana María Rivadeo a César Calcagno.

          Argentinas y argentinos, todas ellas y todos ellos, que no vinieron a este México lindo y querido a hacerla porque en su tierra tenían las opciones cerradas para alcanzar el éxito deseado. No. Llegaron a estas tierras porque en la suya no tenían cabida por sus pensamientos progresistas de solidaridad social y de lucha política contraria a los intereses capitalistas y fascistas representados por las fuerzas armadas dominantes. Vinieron y se acoplaron entregando lo mejor de su conocimiento y de su compromiso. Llegaron y formaron a diversas generaciones en materias de ciencia política, economía, sociología, filosofía, pedagogía, epistemología, psicoanálisis, marxismo, comunismo, socialismo, democracia.

          Por otro lado, las acciones de Soler y de Pichel me hicieron recordar que en Junio de 2021 el entonces presidente de Argentina hizo una declaración ofensiva sobre los mexicanos (aunque luego ofreció disculpas). Alberto Fernández dijo: "Los mexicanos salieron de los indios", agregando que, a diferencia de ellos, los argentinos "llegaron de los barcos". Expresión que el entonces mandatario le achacó de manera errónea a Octavio Paz, mostrando una enorme ignorancia porque dichas palabras fueron escritas por Litto Nebbia en su canción de los años ochenta del siglo pasado llamada "Llegamos de los barcos", en donde en una de sus estrofas (el también autor, junto a Tanguito, de "La balsa", una de las canciones fundamentales del rock argentino), dijo: "Los brasileños salen de la selva / Los mexicanos vienen de los indios / Pero nosotros, los argentinos / Llegamos de los barcos".

         Esta idea ya había sido consignada por Calos Fuentes en 1994 en su libro "Los cinco Soles de México: Memoria de un milenio", cuando compartió que el escritor Martín Caparrós le contó una expresión que se decía en Argentina: "Los mexicanos descienden de los aztecas. Los argentinos descendimos de los barcos". Pero el autor mexicano comentó que Caparrós le dijo algo más: "La verdadera diferencia es que la Argentina tiene un comienzo, pero México tiene un origen".

          También Carlos Fuentes dijo dos cosas más: 1.- que en una ocasión le preguntó a Raúl Alfonsín que "¿cuál es su deseo mayor como presidente de la Argentina?", y que recibió como respuesta las siguientes palabras: "Concluir mi mandato en la fecha constitucional", agregando de inmediato que Afonsín no lo pudo cumplir; y 2.- que "Argentina es, en América Latina, el polo opuesto de México, tanto geográfica como culturalmente", y que eso se muestra en que México ha logrado lo que Argentina no ha podido: estabilidad.

POSTDATA. "El socialismo que promueve AMLO y Sheinbaum, llevó a Argentina a una crisis económica", sesudas palabras dichas por Javier Milei, actual presidente de Argentina.