Escala Crítica
27/06/2025
Trump, civilización y política: ¿empatía, igualdad y veracidad? Grietas en valores
* Margaret Mead: ¿cuándo comienza la civilización? Fémur roto y curado
* Eco y lo humano, cuando entra en escena el otro: cuerpos e identidades
* Montaigne: palabras veraces para vencer a la mentira, "vicio maldito"
¿PUEDE LA POLÍTICA romper moldes civilizatorios? Véase la actuación de Estados Unidos en Medio Oriente: aprueba a Israel en su ataque contra Irán y luego se suma al ataque, mientras oculta el drama/genocidio de la franja de Gaza/Palestina. Otro quiebre: el gobierno federal de Donald Trump vulnera la soberanía del estado de California y viola derechos humanos para ´lograr´ deportaciones.
En el plano cultural se libra una batalla silenciosa que tiene su centro en Estados Unidos. Parece confrontación meramente política. Es algo más: los valores de una civilización que tiene 2 mil 700 años de antigüedad se cimbran frente a modos políticos apartados del diálogo y de reglas básicas del derecho internacional. Hay analistas que plantean: "la historia occidental retorna a los modos imperiales que tuvieron en Roma expresiones irracionales". La historia registra que el emperador Calígula nombró cónsul a su caballo. Nerón incendió Roma y culpó a los cristianos.
Veamos cómo ocurre en el siglo XXI un resurgimiento imperial que inquieta al mundo. México, tan cerca de Trump y de Estados Unidos, debe mantenerse alerta.
ROMPER LA VAJILLA
EL SEGUNDO MANDATO de Trump en la presidencia de Estados Unidos resulta un ataque franco a valores de la civilización occidental. Existe en Trump individualismo feroz que rompe la vajilla cultural de occidente: empatía, igualdad y veracidad. Estos valores no son lo que eran en boca del mandatario con mayor influencia geopolítica y que ejerce el poder político casi en solitario.
Se dirá que el individualismo es clave en occidente, por la propiedad privada y el capitalismo ´emprendedor´ o ´depredador´, según se prefiera. Lo que no se comprende: el concepto de individuo representa la base de derechos humanos y la noción proactiva de "comunidad en búsqueda de convivencia pacífica y bienestar". Esto significa que el individualismo es desviación ambiciosa del sujeto/individuo. Por sus acciones, se percibe que Trump cree en sí mismo de forma obsesiva, como pocos políticos del siglo XXI. Ese individualismo feroz tiene un problema: así cualquier idea caminará por el sendero equivocado. Advirtió Gilbert K. Chesterton, a principios del siglo XX: "mucho más cierto es asegurar el fracaso de un hombre porque cree en sí mismo, que augurar su éxito. Creer demasiado en uno mismo es creencia histérica y supersticiosa". El histerismo de Trump provoca incertidumbre y trastoca valores antes inamovibles.
Sin recordar el vigor libertario de la primera enmienda constitucional -que incluye libertad de reunión y manifestaciones pacíficas- Trump persigue lo diferente: migrantes y trabajadores residentes que proceden de otros países, sin importar estatus. Llevó la deportación/discriminación a la Suprema Corte de Justicia y ganó 6 votos a 3. Curioso: por primera vez no hubo argumentos en la Corte. Sólo se dio a conocer el fallo. ¿Barbarie legal?
HUESOS, CUERPOS Y VERDAD
¿QUÉ MÁS ESTÁ EN RIESGO? Se le preguntó a la antropóloga Margaret Mead cuál era, en su opinión, la primera señal de civilización. Respuesta: "un fémur roto y curado". La explicación destaca la empatía: "el fémur curado indica que alguien se detuvo a ayudar. Otro ser humano llevó al herido a un lugar seguro, vendó la herida, proporcionó comida y compañía durante el tiempo suficiente para que el hueso sanara". La conclusión de Mead es sensible y ejemplar: "el fémur curado es prueba de que alguien priorizó la compasión, por encima de la supervivencia individual".
¿Hay nociones comunes a toda la especie humana que puedan ser expresadas por todas las lenguas? Respuesta de Umberto Eco: "existen nociones comunes a todas las culturas, y todas se refieren a la posición de nuestro cuerpo en el espacio". Esta universalidad del cuerpo en el espacio produce postulados éticos: "no deseamos que nadie nos impida hablar, ver, escuchar, dormir, tragar o expeler, ir a donde queramos; sufrimos si alguien nos ata o segrega, si nos golpea, hiere o mata, si nos somete a torturas físicas o psíquicas que disminuyan o anulen nuestra capacidad de pensar". A partir de la deseada libertad corporal, en la esfera del derecho se desarrollan leyes que protegen a los individuos: "debemos, ante todo, respetar los derechos de la corporalidad ajena, entre los que se cuentan también el derecho a hablar y a pensar". Si esta protección corporal se aplicase siempre, planteó Eco, no tendrían lugar guerras ni matanzas, ni hogueras ni campos de exterminio. "La dimensión ética comienza cuando entran en escena los demás". Otros cuerpos, otras libertades, además de la nuestra.
¿Y qué decir de la verdad en el lenguaje, cuando vivimos tiempos de posverdad y noticias falsas? Michel de Montaigne afirmó: "frente a la verdad, la mentira es vicio maldito. Somos hombres porque estamos ligados los unos a los otros por las palabras". Trump muestra indiferencia por la veracidad de sus palabras. Lo peor: ¿es tendencia en la política contemporánea? Habrá que dar la batalla cultural.
( vmsamano@hotmail.com)
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